domingo, 4 de enero de 2015

En el aire...

Cuando camino sobre los techos de las casas puedo darme el lujo de escribir en el aire y llenar de relativos compromisos textuales este blog que ahora soporta las rayas en el agua, los escupitajos al cielo, los castillos de arena, las obleas chinas, el clorhidrato de cocaína y el trote dominical fome y desgraciado.
Volveré a los amarillentos papelillos con versos estúpidos de adolescencia soberbia y bruta, navegaré hacia la juvenil cursilería poética, botánica y fantasmagórica, viajaré en una Renoleta a la ridícula madurez literaria racional, fundamentalista, eclesiástica y aeróbica, caminaré bajo la sombra folclórica de la prosa omnisciente y rústica, transitaré a exceso de velocidad en la carretera perdida de las noticias falsas y la manipulación genética del lenguaje y sus secuaces, me dejaré caer al vacío, la muerte, la duda para drogarme en escritos analgésicos y financiar mi derecho consuetudinario a expresar lo que decante en el turbio manantial de la memoria o el grosero gaseoducto de la vanguardia andropáusica, egocéntrica y mujeriega.
Así se irá formando este feto textual, en una matriz virtual, sostenida más en el aire que en la burocracia de la administración del conocimiento. Entonces les compartiré versos, prosas y narraciones ordinarias; críticas, crónicas y otras mentiras piadosas... 

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